miércoles, 25 de mayo de 2011

EL RENACIMIENTO EN ESPAÑA

Escultura:
A partir del segundo tercio del siglo XVI surgieron en distintas regiones españolas unos artistas escultores que llegaron a ser los grandes maestros de Renacimiento español.
El material utilizado fue el mármol y el bronce, pero sobre todo la madera policromada y estofada
La causa primordial del movimiento renacentista en España se originó en primer lugar por la situación de relaciones económicas y sociales con Italia que desde hacía ya tiempo mantenía la Península Ibérica por sus dominios en los reinos de Nápoles, Sicilia y Cerdeña, que se acrecentaron con la fijación de la residencia de Alfonso V de Aragón en Nápoles y el papado de la familia Borgia de Calixto III (1455-1458) y Alejandro VI (1492-1503) ambos de origen valenciano.
Arquitectura:
El desarrollo del Renacimiento se produjo principalmente por arquitectos locales. De esta manera, se creó una corriente puramente española del estilo, que se vio influida por la arquitectura del sur de Italia (dominios de la Corona de Aragón en esa época).

Este estilo español llamado plateresco, combinaba las nuevas ideas italianas con la tradición gótica española, así como la idiosincrasia local. El nombre proviene de las extremadamente decoradas fachadas de estos edificios, que se asimilaban al intrincado y detallista trabajo de los plateros. En estos años sobresalen los arquitectos Enrique Egas y Juan de Álava.
Con el paso de las décadas, la influencia del Gótico fue desapareciendo, llegándose a alcanzar un estilo más depurado y ortodoxo, desde el punto de vista del Renacimiento. El purismo se caracteriza por una mayor austeridad decorativa, que se limita a algunos elementos concretos, generalmente de inspiración clásica. Hay un cierto cansancio de la exuberancia decorativa a mitad del siglo XVI y se imponen los edificios de aspecto más sereno, armónico y equilibrado. Algunos arquitectos consiguen reciclar su producción tardo-gótica para iniciarse en este nuevo estilo: A mitad del siglo XVI, la iniciación del Monasterio de San Lorenzo del Escorial como símbolo del poder de Felipe II de España por Juan Bautista de Toledo (fallecido en 1567) y Juan de Herrera supuso la aparición de un nuevo estilo, que se caracteriza por el predominio de los elementos constructivos, la ausencia decorativa, las líneas rectas y los volúmenes cúbicos. Significa además la introducción de los postulados manieristas provenientes de Italia.